Cygnus X-1: Aún una «estrella»

Desde su descubrimiento hace 45 años, Cygnus X-1 ha sido una de las fuentes cósmicas de rayos X más estudiadas. Alrededor de una década después de su descubrimiento, Cygnus X-1 se aseguró un lugar en la historia de la astronomía cuando tras una serie de observaciones ópticas y de rayos X se llegó a la conclusión de que era un agujero negro, el primero en ser identificado así.

El sistema Cygnus X-1 consiste en un agujero negro con una masa alrededor de 10 veces la del Sol, en una órbita cercana con una estrella supergigante azul con una masa de unos 20 soles. El gas fluyendo a través de un rápido viento estelar desde la supergigante es concentrado por el agujero negro, y una porción de éste forma una espiral en él. La liberación de energía gravitacional por este gas fortalece la emisión de rayos X.

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Representación artística de Cygnus X-1. Fuente: Wikipedia.

Aunque se han publicado más de mil artículos científicos de Cygnus X-1, su estado como un brillante y cercano agujero negro continúa atrayendo el interés de científicos, buscando entender la naturaleza de los agujeros negros y cómo afectan éstos a su entorno. Las observaciones con Chandra y el XMM-Newton de la ESA son especialmente valiosas para estudiar la propiedad del viento estelar que alimenta Cygnus X-1 y para determinar su velocidad de giro.

Esta última investigación ha revelado que Cygnus X-1 está girando muy lentamente. Este desconcertante resultado podría indicar que Cygnus X-1 se pudo haber formado en un inusual tipo de supernova, que de alguna manera impidió al recién formado agujero negro adquirir tanto giro como otros agujeros negros estelares.

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El sistema Cygnus X-1. (NASA/CXC)

Fuente | Cygnus X-1: Still a «star»